Falleció Nicolás Casullo
1944 - 2008
Nicolás nació en 1944 en una familia donde uno de sus abuelos era pastor metodista y en donde al poco tiempo, surgido el peronismo, su madre llegaría a amar a Evita y su padre a ser un furibundo contrera.
De grande fue sociólogo, escritor, investigador y docente en las Universidades de Buenos Aires, Quilmes, Entre Ríos, Córdoba y en la de México y París.
Se encuentra justamente en París en 1968, a los 24 años, en medio de la revuelta de lo que luego se conocería como el Mayo Francés. Escribe en su diario las profundas impresiones que le causan las discusiones sobre Mao, Sartre, el Che, Lumumba, así como sobre política argentina.
Recién tres décadas después llegan esas valiosas notas hechas libro. Paradójicamente, tres décadas después también se reedita su primera novela que había sido prohibida en 1970. Llevaba un título subversivo: "Para hacer el amor en los parques".
Fue periodista, militante crítico cuando fue militante político y exiliado desde el lopezrreguismo hasta el fin de la dictadura. Anduvo entonces arrastrando su nostalgia de barrio porteño por Venezuela, Cuba y México.
Dice en una crónica de hoy uno de sus grandes amigos, el ex representante de prensa de Cámpora en 1973 Jorge Bernetti, que "fue un ejemplo de intelectual crítico, trabajó siempre con la conciencia de que debía cuestionar su propio trabajo para alcanzar una comprensión de la sociedad y del proceso histórico, un hombre dotado de un extraordinario sentido del humor, de una gran capacidad de análisis corrosivo, un adversario consecuente de toda solemnidad y un amante de lo refinado y de las causas y sentidos populares".
Un intelectual gracias al cual "estudiantes y activistas se asomaron por primera vez al pensamiento crítico" dice también hoy el periodista Facundo García.
A nosotros nos ayudó a clarificar el pensamiento, una vez más, durante el conflicto con "el campo" en una entrevista que nos produjo una de esas cosas fantásticas que tiene el leer y por lo cual tal vez leemos: el encontrarnos con algo escrito que expresa lo que pensábamos y que tal vez no sabíamos totalmente que pensábamos al no poderlo expresar.
Vaya entonces en recuerdo del querido Nicolás con esa corta y, a nuestro sentir, excelente entrevista hecha por la periodista Gabriela Vulcano en el medio "Crítica de la Argentina". Salió el 27 de junio de 2008 con el título "Conflicto agrario: de dónde viene tanta bronca". Las negritas son nuestras, perdón Nicolás:
"Los cien días del paro agropecuario colaboraron para crear un clima de angustia social y para crispar los ánimos de una sociedad proclive a la furia. Las tomas de posición se filtraron en discusiones entre amigos, en el seno de las familias, en la calle.
"Con una enorme biblioteca de fondo y el escritorio tapado de libros, el prestigioso ensayista y sociólogo Nicolás Casullo subraya la idea de que a partir del conflicto del agro "reapareció la política" en las discusiones que se dan en la sociedad y que no hay posibilidad de consenso cuando existen dos posturas contrapuestas de país. Y explica que más allá de las retenciones, "empezó a discutirse la relación con el otro y las relaciones sociales" y "lo que uno es ideológicamente".
-Gabriela Vulcano: Pareciera que la clase política ha vuelto a discutir en términos de amigo-enemigo como en otras situaciones históricas, ¿cree que este modo de debatir también aparece en la sociedad?
-Nicolás Casullo: Todo el neoliberalismo y las variables que imperaron en los 80 y 90 fueron de una altísima hipocresía. La Argentina es racista, conservadora y muy impiadosa. Lo que ahora aparece es la caída de ciertas variables hipócritas y se va hacia conflictos más importantes y decisivos sobre qué país democráticamente se quiere. Y en esa confrontación se va perfilando lo que podríamos llamar un espacio de derecha, que puede transformarse en un partido de masas y que tiene sus fuerzas, sus intelectuales, sus ideólogos, sus medios de comunicación. Estamos viviendo una suerte de sinceramiento del país. Eso significa una confrontación en muchos campos, sobre todo de aquéllos que hablan de diálogo pero que en realidad están malversando la palabra porque para esos sectores de la derecha, consenso, diálogo, pacificación y unidad es que se haga lo que ellos quieren.
-Gabriela Vulcano: Más allá de los sectores políticos organizados, también hay un pronunciamiento respecto del conflicto por parte del ciudadano común.
-Nicolás Casullo: Eso es importante y positivo. Pero el argentino siempre tomó posición. Ahora, cuando aparece el conflicto fuerte, en un subte, en una esquina o en una conversación con el portero se toma posición. Es indudable que en democracias acotadas por el modelo republicano institucionalista la política es vacía y está muerta. Hoy, reapareció la política.
-Gabriela Vulcano: A partir del conflicto del campo, hay una sensación de irritabilidad en la calle que parece exceder la discusión por las retenciones, ¿a qué cree que responde ello?
-Nicolás Casullo: Este conflicto disparó confrontaciones de clase, raciales, de la memoria, y reapareció el peronismo y el gorilismo de una manera muy fuerte, definiendo a las personas en términos viscerales. Empezó a discutirse la relación con el otro y las relaciones sociales. Salvo cuando la discusión es muy específica, no se discuten las retenciones sino lo que uno es ideológicamente.
-Gabriela Vulcano: ¿Las viejas categorías como peronismo y gorilismo sirven para definirnos en el contexto político actual?
-Nicolás Casullo: Yo pensaba que "el peronista" y "el gorila" estaban en una suerte de extinción mucho mayor de lo que en realidad están. A su vez, reaparecen porque es una forma muy cultural y argentina de leernos socialmente, de leer valores, conductas y costumbres. Y si bien es una historia vieja, permite entender el país.
-Gabriela Vulcano: ¿Esta clase de polarizaciones es típica del "ser" argentino?
-Nicolás Casullo: Se da en otras sociedades, pero en la Argentina a partir de la gran crisis del 2001 está más a la orden del día. Hay una profunda ideología antipolítica que derraman los medios de masas. Desde esa perspectiva, el conflicto aparece mucho más agudo y radical.
-Gabriela Vulcano: Con el conflicto del campo también han aparecido comentarios de lectores en los sitios web de los diarios con un alto grado de agresividad y es posible encontrar carteles en la vía pública con insultos al "otro", ¿cómo debería leerse esto?
-Nincolás Casullo: El kirchnerismo tocó ciertos elementos que cayeron mal en un sector conservador de la sociedad. Tocó los 70, los derechos humanos, la no represión a la protesta popular y las variables de seguridad más cercanas a las posiciones a la centroizquierda. Por lo tanto, hay una reacción muy exagerada.
-Gabriela Vulcano: ¿Piensa que este tipo de reacciones de los ciudadanos son algo pasajero, propio de la coyuntura actual, o que en realidad son la punta del iceberg de otras disputas más profundas?
-Nicolás Casullo: Son parte de un debate más profundo que puede llegar a darse. Estamos en una coyuntura de metamorfosis y evidentemente los cacerolazos dan una idea de que hay un sector de la sociedad que quiere otra cosa. No hay que estigmatizar ni demonizar los cacerolazos, tampoco pensar ingenuamente que son producto de una espontaneidad absoluta.
-Gabriela Vulcano: ¿De qué modo los medios influyen en los debates que hay a nivel social?
-Nicolás Casullo: Los más concentrados, sobre todo de televisión y radio, han cumplido el papel de plantear la agenda de la derecha. Omiten lo que tienen que omitir y resaltan lo que pretenden resaltar. En ese sentido, han actuado como una suerte de neo partido de derecha. En un 90% hubo un bloque entre la protesta del agro y los medios diría que casi obsceno. Ahora aparecen pidiendo policías con estas cuatro o cinco carpas cuando estos mismos movileros y conductores se pasaron tres meses asistiendo a los cortes de ruta y nunca dijeron nada.
Dormí tranquilo amigo Nicolás. Has contribuido a la formación de más de uno que al menos quiere parecerse a vos.
Hasta la Victoria Compañero.
Rosario, 10-10-08.
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