miércoles, 27 de mayo de 2009

UNA TENUE VELITA


“A veces sentimos que no alcanzó tu paso tan fugaz para dar vuelta las viejas estructuras que aún hoy nos oprimen, pero dejaste marcado el camino, fuiste madre, esposa, amante y la eterna protectora de tus descamisados, que todavía hoy lloramos tu pronta partida.

Fuiste Compañera, en el real significado de la palabra: “comer del mismo pan”, el que llegaba con dignidad a la mesa de los trabajadores, el mismo pan que no les iba a faltar nunca más a un solo niño, porque serían por siempre tus únicos privilegiados.

Nunca dejaré de sorprenderme, al observar como las frágiles líneas de tu silueta, pudieron cargar el peso de la lucha que libraste por todos nosotros, convirtiéndote en un emblema de fortaleza, a la vez que parecías tan delicada y frágil.

Arremetiendo contra la injusticia, nos diste el derecho al voto femenino, hospitales, escuelas, casas para ancianos y madres solteras, hogares de tránsito y tantas cosas más, que parecen el resultado de siglos de trabajo, y fue el fruto de tu breve lucha, a la que no renunciaste ni un solo instante, a pesar que tu cuerpo ya te había abandonado a vos.

El dolor popular que dejó tu partida no nos abandonará nunca más, y alimentará eternamente una luz a tu recuerdo, cómo una tenue velita siempre encendida en el corazón de quienes no te dejaremos partir.

Ya no sos tuya, querida compañera, sos del pueblo que no olvida, del los grasitas que te siguen necesitando, de los chiquitos que no deben pasar frío o hambre en las calles, de los trabajadores que merecen un país cómo el que soñaste para todos, de los ancianos que merecen una vejez plena y descansada.

Seguís a nuestro lado, en la lucha de cada día, cuándo repetimos lo que nos dejaste por enseñanza: ser libres, sin sentir culpa…

Cuándo llegaste a este mundo, aquel lejano 7 de Mayo de 1919, tu madre decidió nombrarte Maria Eva, unió los nombres de dos mujeres que crearon la historia, pero vos hiciste “nuestra” historia y elegimos llamarte simplemente “Evita”. -

Natalia Jaureguizahar
Secretaría de Prensa
Partido Justicialista
Venado Tuerto

http://www.agrupacionarturojauretche.blogspot.com/

NOVENTA AÑOS DESPUES


“...Quiero decirles la verdad que nunca fue dicha por nadie, porque nadie fue capaz de seguir la farsa como yo, para saber toda la verdad. Porque todos los que salieron del pueblo para ecorrer mi camino no regresaron nunca. Se dejaron deslumbrar por la fantasía maravillosa de las alturas y se quedaron para gozar de la mentira....

....Yo me vestí también con todos los honores de la gloria, de la vanidad y del poder. Me dejé engalanar con las mejores joyas de la tierra. Todos los países del mundo me rindieron homenajes, de alguna manera. Todo lo que me quiso brindar el círculo de los hombres en que me toca vivir, como mujer de un presidente extraordinario, lo acepté sonriendo, “prestando mi cara” para guardar mi corazón, pero sonriendo, en medio de la farsa, conocí la verdad de todas sus mentiras. Yo puedo decir ahora lo mucho que se miente, todo lo que se engaña y todo lo que se finge, porque conozco a los hombres en sus grandezas y en sus miserias...."-

Estracto del libre “MI MENSAJE” - EVA PERÓN

El 7 de mayo de 1919 nacía en Los Toldos alguien que perduraría en los tiempos y se transformaría en la Jefa Espiritual de la Nación. Se crió con los coletazos de la primera guerra mundial y en vísperas de la segunda. Conoció la necesidad personal y el desprecio de una sociedad que no aceptaba una hija natural.

Pero como en los cuentos de hada, un día, en el Luna Park, se cruzaron los destinos. Ahí estaba él, majestuoso, coronel de la Nación, de mirada penetrante y de sonrisa fácil.

Y ella. Figura frágil y mujer hermosa. Llena de ganas de aprender, y con gran voluntad para el trabajo social. La desgracia de un terremoto en San Juan produciría esta fusión maravillosa.

Fue instantáneo: la hermosa mujer impactó en el viudo. Pero además, sin saberlo, se estaba engendrando la máxima revolución del siglo XX.

El fenómeno de las masas todavía no había ocurrido, pero aquel 17 la tendría como protagonista.

Surgían de todas partes. Eran el subsuelo de la Patria sublevada, diría Scalabrini Ortiz. Llegaban de las fábricas textiles de Martelli, de los talleres metalúrgicos de Avellaneda, de los frigoríficos de Berisso. Eran ferroviarios de todas partes. Eran los cabecitas que iban a lavar sus patas en la fuente.

Era el lumpen, la chusma, los desarraigados, los abandonados por las clases patronales, los engañados del fraude patriótico de los partidos políticos. Pero también estaban las mujeres. Y entre ellas, María Eva Duarte. Todo se daba para que empezara a ser EVITA.

Él, el conductor revolucionario. Ella, el dínamo, la polea de la revolución. Como en los cuentos de hadas, todo duraría poco, demasiado poco. Pero fue tan abundante la majestuosidad de la obra, que aun hoy repercute a pesar de la negación de historiadores, escritores y periodistas.

María Eva cumpliría 90 años. En realidad, los cumple. Porque está viva. Pero nosotros la matamos en cada necesidad, en cada chico de la calle, en cada joven perdido en el paco, en cada funcionario que corrompe con su egoísmo y que llena de bochorno la causa justa. Su bandera se agiganta en la injusticia. Pero hoy no le podemos decir feliz cumpleaños. Ella no puede estar feliz.
Reunidos para siempre con el insigne general, y llamados al sitial de los inmortales, verán sin entender lo que hemos hecho el pueblo argentino.

Verán la sangre resistente derramada y negociada. Observarán las codicias y las peleas por los cargos. Y el dolor será mayor cuando observa que todo se hace con nuestros símbolos y con nuestras canciones.

Evita, te imploramos tu perdón. No sabemos lo que hacemos. Pero te pedimos que no abandones al pueblo argentino, que vuelvas siendo millones, que nos remarques nuevamente en estos tiempos que ser peronista no es un derecho, sino una obligación.

De estos 90 años, solamente 33, y de los 33, apenas un ratito.

Ya no hay ramilletes de nomeolvides, ni velas encendidas en las esquinas. Pero te tienen prisionera en la Recoleta, el único lugar que jamás habrías elegido. Los mezquinos y los pigmeos secuestraron a Perón en San Vicente. Y a vos, en Recoleta. Sin darse cuenta que son una alianza indisoluble, que son la misma fuerza cósmica del Movimiento y la Revolución Nacional.

Cuando los niños vuelvan a sonreír, cuando los ancianos tengan sus derechos, cuando cada quien produzca al menos lo que consume, podremos decirte los argentinos: ¡Feliz Cumpleaños!
Perdón, Evita por todo lo que no hacemos. -

MIGUEL ANGEL DE RENZIS
Presidente de la “Fundación Evita”

Distribuye estos textos

Arnaldo Salvini

Cadena de Difusión: salviniarnaldo@yahoo.com.ar

No hay comentarios: