viernes, 8 de agosto de 2008

El bicentenario nos encontrara “Unidos o Dominados”. La cuarta flota de los Estados Unidos

Por: Gustavo Herren
Especial para http://www.argenpress.info/

Hace unos días cuando Argentina conmemoró su declaración de independencia de España y de “toda otra dominación extranjera”, y el gobierno viene sufriendo efectos debilitantes por la prolongada presión del conflicto con un sector agrario, el enviado del Departamento de Estado de EEUU, Thomas Shannon, viajó exclusivamente al país.

Proveniente de Colombia, llegó acompañado por el subsecretario del Tesoro, y otros representantes de los Departamentos de Estado, de Defensa y de Justicia, para entrevistarse con la presidenta y miembros del gobierno, e iniciar la serie de reuniones de “consulta de política bilateral” (que no se realizaba desde los 90), y que fuera acordado en marzo pasado entre John Negroponte y el canciller Jorge Taiana.

En aquel momento, Shannon había expresado en la reunión del Consejo de las Américas ¡Hemos regresado! En realidad el Imperio nunca había abandonado Latinoamérica, sino que la señal significó que había pasado nuevamente a la 'acción' y a su tradicional influencia “persuasiva”.

En esta visita, el hombre “mano derecha” de Condoleeza Rice y de G.W. Bush declaró: “Tenemos un compromiso con Argentina. Estamos construyendo una relación entre EEUU y Argentina que va a ser duradera y profunda... la turbulencia generada por el caso Antonini fue superada hace mucho tiempo...”.

Luego de una reunión con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, junto al embajador argentino en EEUU, Héctor Timerman, Shannon manifestó la determinación de seguir adelante con las consultas bilaterales en una próxima ronda en Washington, según quedó acordado.

La activa y nutrida visita de Shannon a los más altos niveles del gobierno argentino, fue fuertemente difundida a la población por los principales multimedios, recalcando en general lo altamente positivo de profundizar las relaciones entre ambos países. No solo intensificar los acuerdos de cooperación para la defensa que el país viene manteniendo, sino que las relaciones además de ser entre Estados sean también entre las sociedades.

Shannon aseguró que le había explicado a la presidenta sobre las tareas humanitarias y los beneficios que traerá a la región la IV Flota de EEUU como componente naval del Comando Sur (USSOUTHCOM): “No es una flota ofensiva, va a respetar los mares territoriales y no entrará en los ríos... recorrerá las aguas de la región para fortalecer los vínculos militares con los países del Caribe, el Atlántico y Pacífico... Nuestro principal objetivo es alinear la Armada con nuestros mandos centrales, y organizarlos bajo el Comando Sur para construir lazos de colaboración”.

Por otra parte el comandante de la IV Flota, Joseph Kernan, había manifestado que unidades especiales de la flota tienen capacidad para la navegación y el control de las aguas interiores, “es una habilidad que tenemos y podemos entrenar a nuestros socios de la región en eso, aunque no vamos a ingresar en los ríos sin una autorización explícita y previa del país anfitrión”. Kernan anticipó que recorrerá Latinoamérica “para contactar a nuestros socios”. “…Debemos afrontar amenazas de manera cooperativa porque nos afectan a todos. A EEUU y a los países de la región...”.

El designado jefe de la flota que dirigirá las acciones humanitarias y tareas de cooperación, pertenece al grupo SEAL (Sea, Air, Land) habiendo operado en Vietnam, Camboya, Laos, Irak y Afganistán. Los Navy SEALs son comandos de élite para operaciones especiales de guerra irregular, preparados para actuar en misiones encubiertas en condiciones de hostilidad máxima, en operaciones de contrainsurgencia y de reconocimiento. Kernan es el primer SEAL que es nombrado comandante de una flota numerada.

James Stevenson, comandante de la Marina del Comando Sur, precisó que sus naves “llegarán hasta el intrincado sistema de ríos en Sudamérica, navegando en las aguas marrones más que en las tradicionales aguas azules” (1). Lo que significa los ríos Orinoco, Amazonas, el Río de la Plata, el Paraná y los ríos interiores... es decir un vasto despliegue militar en el interior del continente.

Según el jefe de Operaciones Navales de la Armada de EEUU, almirante Gary Roughead, “la meta de la IV Flota será asegurar la seguridad en este mundo globalizado, es decir estar lista en todo momento para todo desafío. Flota lista... alcance global”.

El gobierno argentino había expresado cierta preocupación por el patrullaje de la IV Flota, tópico que fue alertado en la última cumbre del Mercosur. Paradójicamente hacía dos meses que Argentina había realizado exclusivamente con EEUU el ejercicio naval Gringo-Gaucho, que contó con la presencia en aguas argentinas cercanas a la costa del portaviones nuclear USS George Washington y otros buques que conformarían la IV Flota. A bordo se encontraban los jefes de la Armada y la Fuerza Aérea Argentina, el Intendente de Bahía Blanca y el embajador estadounidense Wayne. Los principales multimedios serviles, elogiaron profusamente al 'coloso' nuclear, aunque pasó desapercibido que al llegar a Hawai sufrió un importante incendio.

Dentro de aproximadamente un mes, Argentina volverá a participar con EEUU y otros países en un ejercicio combinado, el PANAMAX 2008. Sin llegar todavía al nivel de las relaciones carnales menemistas, la aproximación del gobierno argentino con Washington ha ido aumentando desde noviembre de 2005 con el fracaso del presidente Bush y el naufragio del ALCA en Mar del Plata, pasando por los tiempos de las llamadas 'operaciones basura' del caso Antonini. En las condiciones del actual conflicto con una parte del agro, es de esperar que el gobierno busque afirmar su posición profundizando su acercamiento a EEUU.

Las interacciones bilaterales civiles y militares con EEUU, como cooperación, capacitación, ayuda humanitaria, salud, emergencias ambientales, ejercicios combinados, lucha contra el narcotráfico y muchas otras, además de los beneficios para los involucrados locales que resulten evidentes, contienen en alguna medida otras componentes que no lo son, y que tienen que ver con objetivos afines a los intereses estratégicos estadounidenses, generalmente contrapuestos a los del país participante.

Por ejemplo, según manifiestan las mismas agencias de defensa (incluido el Comando Sur), EEUU necesita la interacción militar extranjera para: “mantener un contacto regular que construya confianza e intercambio de información relevante para la seguridad regional. Los militares estadounidenses deben conocer como 'trabajan' otros militares (sus procedimientos, capacidades, comando y control) mirados como importantes para una futura cooperación. Buscan además a través de los programas, construir relaciones interpersonales con oficiales extranjeros, amistad y camaradería con los altos jefes y aumentar el “acceso” a los militares de la región, convirtiéndolos en aliados para futuros conflictos, más responsables respecto de la política exterior de EEUU, y más inclinados a “internalizar” los valores de EEUU observando los derechos humanos y las relaciones cívico-militares en democracia...”.

Es decir, hay implícitas acciones de Inteligencia para influenciar a las fuerzas armadas de los países hacia formas de pensar, actitudes y conductas proclives a EEUU. A través de los años este tipo de trabajo ha “dado sus frutos”. En buena parte de las fuerzas armadas de los países latinoamericanos, puede observarse en un sector relevante de sus miembros una actitud de fuerte admiración a EEUU y permeabilidad a sus políticas, que suele superar los intereses nacionales.

Situaciones equivalentes se pueden encontrar en el plano civil, como el programa de asistencia humanitaria implementado en el Chaco argentino, mediante un convenio con el Comando Sur y la embajada de EEUU.

Algunas causas para la activación de la IV Flota

Resulta una burla para la razón lo difundido por los voceros del Imperio y sus multimedios de comunicación, sobre que la IV Flota no tiene capacidad ofensiva, presentando su misión como principalmente humanitaria (incluso hasta con un buque hospital a la vanguardia). Siendo que la potencia que ahora 'regresa' a Latinoamérica para traer paz, estabilidad y prosperidad (2), es la misma que con su gestión 'cívico militar' y la colaboración de la V Flota, esta produciendo la criminal carnicería del pueblo de Irak, Afganistán y Oriente Medio.

Es la misma, que implementa la tortura en interrogatorios y encarcelamientos clandestinos de sospechosos de “terrorismo” (según su criterio), y legaliza métodos prohibidos por el derecho internacional mediante nuevas legislaciones antiterroristas, que pretende imponer en el resto del continente.

La reactivación y presencia de la IV Flota en aguas del océano Atlántico y ríos continentales, responde a las hipótesis de conflicto que los cientos de analistas del Departamento de Estado y de Defensa de EEUU plantean en distintos escenarios posibles, y que los comandos militares han considerado con probabilidad de ocurrencia significativa.

Indica que EEUU podrá producir situaciones (no solo en Bolivia, Venezuela, Ecuador y Nicaragua, sino aún a nivel global) que justifiquen su accionar bélico en la región del Caribe y Latinoamérica, e incluso con su presencia influenciará sobre el occidente de África (aunque esté fuera del área de foco de la IV Flota), en concordancia con el recién creado Comando Africano (USAFRICOM). Ya que las seis flotas estadounidenses agrupadas bajo cuatro Comandos Navales, no realizan operaciones militares independientemente, sino que entrenan y proveen fuerza naval para los seis Comandos de Combate Unificado, en que EEUU ha dividido unilateralmente al mundo. Cada uno de estos Comandos, tienen una región geográfica definida sobre la que vigilan militarmente, llamada “área de responsabilidad”. Hay otros cuatro Comandos más, que están deslocalizados y tienen responsabilidades funcionales (Comando Estratégico, de Fuerzas Conjuntas, de Transporte y de Operaciones Especiales).

Al constituirse como fuerzas aeronavales de los Comandos de Combate Unificados, las seis flotas numeradas activas de EEUU tienen un carácter netamente ofensivo. Con potencial capacidad para patrullar, ocupar y controlar áreas de mar próximas a cualquier país y desde allí atacar objetivos continentales, así como el desembarco y apoyo de tropas. La IV Flota que opera en el área de responsabilidad del Comando Sur, no es la excepción.

Con la reactivación de la IV Flota, EEUU completa la ocupación geoestratégica de los espacios oceánicos frente a las otras potencias mundiales, y se posiciona para el próximo reparto del continente antártico, sus reservorios de agua dulce, hidrocarburos y su apertura al gran capital internacional.

El control militar del Canal de Panamá y el paso alternativo (estrecho de Magallanes (3)) son vitales para el comercio del Imperio, así como para su abastecimiento de petróleo, ya que más del 50% lo importa de Latinoamérica y África, y salvo los buques y submarinos a propulsión nuclear la mayor parte de su descomunal maquinaria militar funciona con derivados del petróleo.

Geopolíticamente, EEUU necesita disponer de puertos amigables para la IV Flota. En 2009, Ecuador no renovará la permanencia estadounidense en la base de Manta. Posibles candidatos para el traslado serían Perú, Colombia o Panamá.

Respecto a la región, en su última visita a Argentina hace dos meses el jefe del Comando Sur, almirante James Stavridis manifestó. “...El populismo radical no es una amenaza. Creo que en esta región existen ideas diferentes en términos de política y economía. Para Estados Unidos, son la democracia, el libre mercado, la libertad y los derechos humanos…”.

Sin embargo según el profesor Der Ghougassian, especialista en seguridad internacional (Universidad de San Andrés) hay principalmente dos motivos para la reactivación de la flota: el surgimiento en Latinoamérica de los llamados gobiernos populistas y los recursos naturales. En un tiempo en que los alimentos, las reservas de agua dulce, y los recursos energéticos adquieren un valor estratégico muy significativo.

Mientras Colombia y Chile celebraban la reactivación de la IV Flota, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Cuba la habían criticado. Brasil en principio había mantenido silencio. Pero la reactivación no solo está dirigida hacia Venezuela, sino contra Brasil, que lanzó su iniciativa militar de crear el Consejo Sudamericano de Defensa, intenta construir un submarino a propulsión nuclear y avanzar en ese campo, ha anunciado importantes descubrimientos de potenciales yacimientos marinos de hidrocarburos, y busca administrar a la Amazonia según sus intereses (hasta ahora las instalaciones de despliegue rápido del Pentágono rodeaban solo la parte continental de la Amazonia).

El comandante de la Marina de Brasil, Moura Neto, declaró que su país no aceptará ninguna intervención naval estadounidense en aguas brasileñas. El presidente Lula da Silva informó que su canciller, Amorim, iba a pedirle a la secretaria de Estado, Condoleeza Rice, analizar el tema de la flota. Sobre el mismo, senadores brasileños hicieron un llamado para que la IV Flota no venga a Brasil, y expresaron su preocupación al embajador de EEUU, Clifford Sobel, pidiéndole que transmita sus 'reservas' a los dos principales candidatos a la presidencia de EEUU, McCain y Obama. También declararon que 'la noticia de la reactivación de esa flota tuvo una repercusión muy negativa en toda América.

Uno de los objetivos de la reactivación, de especial interés para EEUU, es llevar adelante en la región una robusta estrategia de cooperación que incluye una coalición multinacional de ejercicios y entrenamiento, visitas diplomáticas a los puertos, actividades de relación con las comunidades y operaciones antinarcóticos... construir y fortalecer alianzas efectivas y amistad con las naciones socias, desarrollando sus capacidades y manteniendo el acceso operacional de EEUU... incrementar la interoperabilidad entre las fuerzas navales en el Hemisferio Occidental.

En realidad, los objetivos incluyen las operaciones de Inteligencia para penetrar en las sociedades y en las fuerzas armadas latinoamericanas, muchos de cuyos mandos son atraídos por la posibilidad de ganar acceso a tecnologías mas avanzadas, y parte del personal se deslumbra con la oportunidad de obtener una instrucción superior.

El terrorismo y la democracia del garrote naval

Stavridis (Jefe del Comando Sur), en su visita a Argentina anunció que la IV Flota actuará en la lucha contra el terrorismo, para combatir al narcotráfico, y la posibilidad de responder a la migración masiva de refugiados de países como Haití o Cuba.
Por otro lado, el ex comandante de la flota del Pacífico, almirante Walter Doran (actualmente presidente de Raytheon en Asia), expresó que sumada a cada amenaza de terrorismo hay un crecimiento en actividades de piratería, lo que concierne aún más a la proliferación de armas de destrucción masiva. De modo que las flotas de EEUU contribuyen a la seguridad ese país y de sus socios.

Shannon, en su actual visita había mencionado que “…los destructores que integran la flota tienen como misión detectar y perseguir el tráfico de drogas en alta mar…”. Sin embargo, a pesar de las declaraciones, la potencial actividad terrorista mar afuera no parecería justificar la presencia de semejante poder de fuego aeronaval.

Actualmente la Marina de EEUU esta desarrollando una nueva estructura para comando y control (C2). En siete años comenzará a operar integrada mediante un nuevo sistema en red que involucra recursos de tierra, aire, mar y espacio, y que estará completamente operativo para toda la fuerza en 2020.

Se trata de la integración de combatientes, sensores, comando y control, plataformas y sistemas de armas en una fuerza de combate distribuida en red. Una construcción operacional y un marco arquitectónico que utiliza la 'información' como base fundamental. Se basa en el llamado 'efecto red', por el cual la efectividad y eficiencia de un objeto organizado en red crece exponencialmente con el número de aquellos que la integran.

Dado que actualmente la mayoría de los comandos centrales están bien conectados, se trata entonces de extender la conexión y por tanto el comando y control a las extremidades de la fuerza, esto es individuos, armas, municiones, sensores, naves, plataformas, y a toda parte individual de las áreas mas descentralizadas de las fuerzas y organizaciones. Notablemente, al estar todo interconectado en una red de información como un bloque coordinado, pero manteniéndose la descentralización, se incrementarán fuertemente las ventajas de ésta (como iniciativa, velocidad y adaptabilidad). Cada nodo de la red dispondrá de toda la información de la red digital global entera. De esta manera los ciclos de decisión serán mucho más rápidos que los del enemigo.

El Pentágono espera que en el futuro, el enemigo desarrolle y emplee nuevos métodos para negar la superioridad estadounidense y valerse de sus vulnerabilidades, de modo que las operaciones de combate se caracterizarán por acciones simultáneas, rápidas y violentas. Los factores no militares serán cada vez más importantes para responder a las crisis, requiriéndose mayor integración de las acciones militares con los elementos no militares.

Este nuevo concepto funcional se apoya entre otros, en dos elementos relevantes: alta capacidad de comunicaciones (una de las causas por las que el Pentágono impulsa fuertemente la militarización del espacio exterior), y las actividades de Inteligencia, (sea humana, de señales y otras. Un gran entrenamiento, experiencia e innovación está siendo obtenido en las operaciones de contrainsurgencia en Irak y Afganistán).

Cuando la Inteligencia humana informe a una unidad estadounidense sobre actividades hostiles en un área urbana, rural, marítima o fluvial la información es ingresada a la red. El software inteligente establecerá las prioridades de vigilancia, la disponibilidad de plataformas aéreas y espaciales de observación, y hará que se activen una cantidad de sensores remotos de adquisición de datos que aseguren el seguimiento del blanco, permitiendo además por ejemplo el envío de vehículos aéreos no tripulados stealth (de baja detección).

El software del sistema, basado en los criterios de ataque establecidos, propondrá en forma casi automática la configuración mas apropiada de la ofensiva en función de las condiciones, sugerirá unidades de fuego y clases de fuerzas, así como su sincronización y coordinación.

Esta red digital global, permitirá incorporar circuitos de análisis de los hechos en que intervendrán diversos expertos multidisciplinarios, poniendo especial énfasis en detectar nuevas técnicas hostiles que indiquen nuevas iniciativas operacionales del enemigo.

Al realizar un ataque, el cálculo de las direcciones de fuego tomará en cuenta las posiciones de los elementos amigables y neutrales en la vecindad, y elaborará una tasa de daño de combate. De este modo, la Armada ampliará su efectividad en cada nivel de guerra, en el espectro que va desde la guerra convencional hasta la guerra irregular, incluyendo las guerrillas (redefinidas como terrorismo).

Esta tecnología y el proceso que transformará el concepto para el comando y control naval para operaciones combinadas se denomina FORCEnet, y forma parte de la doctrina de Poder Naval 21 (Sea Power 21).

El ataque a los terroristas en áreas continentales incorporará así un basamento marítimo y fluvial significativo

Sin duda para Latinoamérica en 2010 el dilema seguirá siendo: “unidos o dominados”…

Notas:
1) “Aguas azules” significa océanos. “Aguas verdes” son litorales, y “aguas marrones” son aguas fluviales y costas.
2) U.S. Naval forces Southern Command; www.cusns.navy.mil/command%20info.htm
3) La IV Flota reforzaría el control oceánico que realiza la base de la OTAN ubicada en Islas Malvinas.

Fuentes de las imágenes:
1) http://www.agenciapulsar.org/nota.php?id=13077
2) www.argenpress.info
3) http://www.martinoticias.com/ocbstory.asp?MediaID=25843

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