INTROSPECCIONES..... La Tribuna de Ricardo Marconi
“AL CUERPO DE SANTUCHO HAY QUE BUSCARLO EN CAMPO DE MAYO” AFIRMAN SOLDADOS TORTURADOS POR SUS SUPERIORES CON ÓRDENES DE GENERALES DE LA NACIÓN
Mario Eduardo Santucho y su esposa
Apiñados en la ochava suroeste de la Plaza Libertad, cobijándose del frío invernal estaban los ex conscriptos de las clases 53 a la 59, evaluando con quien esto escribe los avances obtenidos en el ámbito nacional en cuanto al reconocimiento que solicitan por sus vivencias en el servicio militar, llevado adelante durante el último golpe de Estado, oportunidad en el que estuvieron afectados al “Operativo Independencia”.
“Nuestro objetivo es claro: no queremos que los 232 soldados de la Patria muertos, cumpliendo con su obligación militar obligatorio durante el nefasto proceso militar, se los considere un apéndice de los grupos de tareas”, apuntó el ex colimba Raúl, mientras cebaba un mate para convidar a otro compañero de infortunio militar.
Es el mismo Raúl que chupa la bombilla y traga el mate con presteza para que el periodista no deje de grabar su acusación: “Los soldados del interior fueron llevados por los jefes al nivel de servidumbre, valiéndose de la ignorancia de las víctimas. Lamentablemente no todos figuran en las listas de desaparecidos de la CONADEP”.
Rodolfo también hace su aporte señalando un dato que no debe ser considerado como menor. “Muchos de nosotros fuimos desactivados militarmente con el final del Operativo Independencia y luego se nos reincorporó cuando se nos vino encima el conflicto del Beagle con Chile. Esto no aparece en ningún archivo militar, se lo aseguro, porque fueron quemados por una orden directa de Cristino Nicolaides”.
“Es más – profundizó Rodolfo- nos obligaron en la época represiva a cubrir a nuestros jefes en los cortes de rutas y a servir de carne de cañón en los allanamientos. Éramos los primeros que entrábamos y atrás, cuando el lugar estaba dominado y sin posibilidad de peligro alguno, ingresaban los “héroes” que no se exponían nunca en los combates”.
A este periodista los soldados que nos ocupan le hicieron saber que los que pertenecieron a las clases 53/54 y 55 estuvieron en el conflicto armado entre dos ideologías y sin poder discernir. “Si optábamos pasábamos a las listas de los desaparecidos”.
“Los que pataleaban o eran Testigos de Jehová, eran los primeros en sufrir todos los tormentos, entre los que estaban el de ser estaqueado 24 horas en medio del puesto de combate, bajo el pleno rayo de sol, tapado con un capote de hule para hacernos sufrir más”.
Calabozos de campaña
El soldado salteño Rubén Ibáñez no quiso esquivar el bulto y también hizo acusaciones fuertes: “Sufrimos abusos del poder de turno que hasta se tomó el trabajo de construir calabozos de campaña y tuvimos el “privilegio” de ser entrenados por oficiales que estuvieron torturando gente en la época de la más salvaje dictadura imperante en Argentina. Fuimos jóvenes de 18 años a los que se nos intentó sumar a su criminal accionar, pero a nivel de cadetes, ya que nos mandaban a pintar los agujeros de las balas y las manchas de sangre, para disimular los efectos de las torturas, a veces, de nuestros propios compañeros”.
Estaqueados en la nieve
Pedro Saldívar, otro de los soldados que lucha por su reivindicación también dijo lo suyo respecto al conflicto del Beagle.
“Fuimos humillados a más no poder, vilipendiados y hasta torturados por nuestros superiores. Si hasta tuvieron la vileza de no comunicarnos que se había firmado la paz y nos hicieron permanecer un tiempo más en la cordillera por puro gusto nomás y sin comida. Siempre se ocultaron los suicidios de soldados en el lugar y los traslados, en horas de la madrugada, de los cuerpos para ser velados en casas particulares y con las ventanas cerradas, para que la población no entrara en pánico. Ese mismo mecanismo se volvió a repetir con la crisis de Malvinas.
Los generales ordenaban torturas a sus propios efectivos mientras jugaban su guerra particular y engañaban a la gente con la realización de los “oscurecimientos” para que en teoría, los aviones cazas de Chile no “pudieran ver las ciudades de noche” y se les complicaran los bombardeos”, expuso Saldívar sobre el conflicto territorial con los chilenos.
“Esto último era otra gran mentira, -descargó su acusación el soldado- ya que los aviones de guerra contaban con al tecnología necesaria para bombardear sin luz, ya que Israel les había proporcionado la misma”. “Si los chilenos hubieran querido. Los habitantes de Berisso hubieran nadado en petróleo”.
“Santucho está en Campo de Mayo”
La entrevista ya estaba concluyendo cuando un testimonio inesperado me dejó mudo: “Yo tuve que ir por la fuerza a combatir a Santucho”, con voz rasgada y disfónica recalcó el soldado.
“Santucho ingresó al Hospital Militar y posteriormente al cuerpo sin vida lo trasladaron. El cuerpo de Santucho lo deben buscar en Campo de Mayo. Allí ingresó muerto para no salir jamás”.
RICARDO MARCONI
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